El silencio en los niños es una forma de lenguaje. Los adultos podemos percibir que algo está sucediendo y los está afectando.
No deje pasar más tiempo y empiece por ayudarlo a comunicarse.
Primeramente acérquese a su hijo de manera tranquila, y siéntese en un lugar cómodo donde el niño pueda sentirse cobijado.
Hay niños a quienes no les apetece nada hablar cuando están contrariados, pero para ellos, sólo la presencia de sus padres ya es suficiente consuelo y eso provocará que se abra el diálogo con preguntas sencillas de responder.
A veces los menores no explicarán
perfectamente qué es lo que les sucede pero deles confianza con un fuerte abrazo, dígales que tienen su apoyo, con esas palabras ellos se sienten muchas veces aliviados.
Los adultos
hemos de tener mucha paciencia y respetar primeramente su silencio. Cuando más respetado se
sienta un niño, más seguro se sentirá para hablar cuando ud.le pregunte en que puede ayudarle.
Es muy importante que comprenda que a veces las necesidades de los pequeños y las nuestras no coinciden en el tiempo, pero hágale saber que en cualquier momento podrá escucharlo sin ser juzgado.